5° Año

Hoy fue un día especial en nuestro Colegio. Los alumnos de quinto año, con su mirada puesta en un futuro prometedor, regresaron al lugar donde comenzó todo: el Jardín de Infantes. Allí donde, años atrás, ellos mismos dieron sus primeros pasos en esta comunidad, que tanto nos enseña sobre amor y entrega.

El encuentro fue un puente entre generaciones, un recordatorio de que somos parte de algo más grande, de una familia que nos enseña a crecer juntos y a mirar siempre con el corazón.

Los pequeños del Jardín los recibieron con alegría. Los más grandes, emocionados, compartieron recuerdos juntos a sus Seños, el desayuno con mate cocido y juegos en el arenero, devolviéndonos el eco de su propia infancia.

Fue un momento de gratitud mutua. Los niños del Jardín, con sus caritas de admiración, veían a los alumnos más grandes. Los alumnos de quinto año, por su parte, entendieron la importancia de tender la mano, de acompañar y de dejar huellas en quienes vienen detrás.

Este encuentro reafirmó lo que significa ser Corazonistas, ser comunidad, aprender a dar sin esperar, y reconocer que en cada etapa de la vida hay algo valioso por construir juntos.

Mientras unos dan sus primeros pasos y otros se preparan para alzar vuelo, quedó claro que el espíritu de este Colegio seguirá vivo en cada uno, porque las raíces que plantamos en este suelo son profundas, y los lazos que tejemos aquí nos acompañarán siempre.

Gracias, quinto año, por volver al lugar donde todo comenzó. Gracias, pequeños del Jardín, por recordarnos el poder de la inocencia y la alegría. Hoy, más que nunca, somos una sola comunidad, una sola familia, unidos el en Corazón Sagrado de Jesús.

 

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