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Séptimo grado se despide

16/Dec/2019

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Sres. padres, personal directivo, hermanos de la comunidad, docentes del nivel, familiares y todos los presentes:

 En este momento, nuestra comunidad educativa se encuentra reunida para despedir y homenajear a estos jóvenes que hoy finalizan sus estudios de nivel primario. Gracias señores padres, por confiar en esta comunidad y gracias alumnos por contar con nosotros. Gracias también porque vuestros logros y vuestra presencia, llena de sentido el horizonte de nuestra profesión. 

Dice una antigua leyenda que cuando Dios estaba creando el mundo se le acercaron cinco ángeles. Uno le preguntó: ¿Qué estás haciendo?  Otro: ¿Por qué haces eso? El tercero: ¿Puedo ayudarte en algo? Y el cuarto: ¿Qué extraordinario? ¿Cuánto vale esto?

Dicen que el primero es el ángel de los investigadores; el segundo el de los filósofos; el tercero el de los que saben servir; el cuarto el ángel de los empresarios y el quinto ángel dicen que miraba y aplaudía con mucho entusiasmo. Al concluir este año y cerrar este acto me toca mirar y aplaudir. Reconocer y valorar el trabajo de las maestras, de los alumnos, del apoyo de ustedes padres y abuelos. Cada uno de ustedes ha sido este año, ese ángel que ha hecho posible que estemos aquí tan felices y contentos.

Mis felicitaciones y agradecimiento.

En este momento voy a recordar las tres remeras de egresados que elegisteis este año. Una es de color verde y tiene las formas de montañas y valles. Otra celeste y tiene colores estrellados esparcidos por el espacio. La tercera es de color agua y tiene formas redondeadas de olas y vaivenes. Cuando vi las tres juntas pensé en los tres ámbitos más importantes para el hombre: la tierra donde desarrolla la vida; el mar, lleno de vida, que ensancha los horizontes de las miradas y los sueños; y el firmamento que constantemente nos asombra por su belleza.

Estas realidades hacen alusión a tres dimensiones esenciales del mundo físico como son el tiempo, el espacio y la luz. No voy a enunciar una teoría científica, pero sí quiero tomar algunas ideas que nos ayuden a enmarcar el acto de esta noche cargado de significado para todos nosotros.

El espacio de la tierra, que ahora se llama también casa común, ha sido transformado por el hombre. Algunas de sus acciones han sido para separar y la gran mayoría para unir. Entre estas últimas están los puentes que facilitaron el tránsito de los bienes tanto materiales como culturales de unos pueblos a otros y las escuelas que fueron creadas para ser mediadoras entre la historia de la humanidad y el presente de unos alumnos que quieren ser más y mejores seres humanos. Si los primeros permiten unir dos orillas distanciadas, las escuelas entrelazan las manos para cambiar la cultura de la confrontación por la del encuentro.  

Como escuela católica nos deben distinguir por nuestra constante atención a la persona. Que nos conozcan no por la fachada, sino por una coherencia educativa radicada en la visión cristiana del hombre y de la sociedad, es decir por ser constructores de puentes que unan y resistan los embates de quienes construyen todopoderosos una marginalidad ideológica y como si fueran los únicos mediadores entre los hombres y la historia, quieren construir puentes apoyándose solamente en una orilla. 

También a lo largo de los tiempos el hombre ha surcado los mares y los ríos. En sus viajes quiso ir hasta el horizonte y saber dónde se escondía el sol; pero cuanto más avanzó más lejos lo veía. Así el hombre siempre persigue un mayor conocimiento de la realidad sin alcanzarlo plenamente y un mayor grado de bondad en sus actos. 

Esta imagen puede ayudarnos a entender el carácter teleológico del hombre y su apertura a lo trascendente. De manera especial, las instituciones educativas tenemos la misión de ofrecer a los jóvenes horizontes abiertos a más humanidad, más libertad, más igualdad y fraternidad. 

Los horizontes de sentido hacen que la realidad sea signo de algo más grande. Nos abren a la trascendencia en todas las cosas, personas y en nuestra vida cotidiana. Esto es un misterio fascinante que llamamos Jesús y que ninguna ciencia puede llegar a agotar. Sin él vivimos de la realidad inmediata mirándonos en mil espejos que nos digan cuán fuertes y libres somos.

Cuando miramos las estrellas que brillan en el firmamento tan obedientes y tan misteriosas nos asombramos. También nos llama la atención cómo cubren el firmamento con un manto de puntos brillantes y coloridos. Decía Tomas de Aquino que hay belleza en todas las cosas, pero si comparamos al hombre con la inmensidad y maravilla de la creación parecemos un punto frágil y fugaz, casi una nada. Sin embargo, Dios nos ha constituido únicos en toda la creación, buenos y dignos de su amor.

Si el colegio o la ciudad de Venado Tuerto fuera esta noche el firmamento, ustedes jóvenes serían las estrellas que lo embellecen. Son muchos, un gran manto de puntos brillantes que nos llenan de asombro y nos arrancan fácilmente una sonrisa o un aplauso. 

Quien camina hacia el lugar por donde amanece, no logrará que el sol salga antes, pero si verá antes el amanecer. Quien construye uniones buscando el encuentro con sus semejantes, quien hace de su vida una tarea humanizante y humanizadora sabe que terminará bien y que está llamado a contemplar una aurora esplendorosa pues, aunque el camino tenga sus dificultades, llegar a ser lo que uno está llamado a ser ha de ser siempre una experiencia maravillosa. 

Anhelamos todos, esa aurora; y para que nuestros ojos vean ese amanecer en nuestra sociedad, familia y en estos jóvenes, alentemos todas las iniciativas y proyectos que nos lleven a cultivar los valores del humanismo cristiano. Decía Dostoievski que la humanidad puede vivir sin la ciencia, puede vivir sin pan, pero nunca podría vivir sin la belleza, porque ya no habría motivo para estar en el mundo. Y qué más bello que el presente y futuro de estos egresados. Todo el secreto está aquí, todo el trabajo de la familia, la sociedad y la escuela está aquí. 

Pidamos al Sagrado Corazón que nos ilumine para gestar esa aurora.

Luchemos con esperanza para que así sea.

Están todos invitados a contemplarla.

 

Hno. Pedro Ortiz

Director de Primaria

 



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