Organización inteligente, caracterizada por su disposición para aprender, rescatando experiencias institucionales con sus logros, con sus errores, capitalizando las experiencias de todos los integrantes.
Que responda a las necesidades de los alumnos.
Comprometida con el logro de competencias, donde el valor social del conocimiento sea el sustento de las prácticas.
Que produzca aprendizajes y asegure la circulación de los mismos entre todos sus miembros.
Responsable en la toma de decisiones.
Que reconozca y enfrente conflictos.
Que asuma su función social profundamente convencida de la legitimidad de los derechos de los niños.
Que crezca y se desarrolle como institución cristiana, prevaleciendo en la formación de valores morales tales como el amor, la caridad, bondad, alegría, solidaridad.